¿Es la masturbación mala?
Parece una pregunta tonta, sin embargo puede implicar desenvolvimientos sorprendentes que son difíciles de imaginar a primera vista. Y es precisamente de estas implicaciones que vamoa a hablar en esta página.
Una respuesta lista a una pregunta tonta
El problema es que, frente a la pregunta de si la masturbación hace daño, todo el mundo piensa en un daño físico, sin embargo desde este punto de vista, la masturbación, obviamente no puede hacer daño, por lo tanto, desde este ángulo, la pregunta es totalmente tonta. A nivel sexual, no hay ninguna diferencia entre masturbación, coito o sexo oral, todas estas prácticas tienen el objetivo de estimular los órganos sexuales hasta alcanzar el orgasmo, claro de manera diferente tanto física como cualitativamente, pero el resultado es el mismo y si no es dañino de una manera, no lo es tampoco en las otras. Es más, masturbarse puede hasta ser beneficioso por la salud, al igual que el coito, ya que el orgasmo libera las tensiones sexuales, reduciendo el estrés y mejorando nuestro humor.
Sin embargo, una reflexión más profunda, especialmente teniendo en cuenta la época en que vivimos, nos ayuda a revelar la verdadera complejidad de la pregunta, la cual es complicada si consideramos la sexualidad también desde el punto de vista social, psicológico y a nivel de conductas. Además existen estilos de masturbación que pueden ser dañinos hasta físicamente. Empecémos por ahí.
La masturbación arcaica
Existen actividades sexuales que se destacan del contexto normal de la estimulación genital. La masturbación arcaica es un tipo de estimulación que comporta el uso de métodos artificiales y no naturales para sacar el goce de una relación autoerótica. Hay hombres que sienten placer sólo aplicando fuertes presiones en su pene, otros que alcanzan el orgasmo haciendo chocar el pene arriba de una superficie dura, y otros más que se estimulan apoyándose arriba de una silla o de una mesa, ejerciendo una presión sobre la próstata, en vez de estimular el pene. También hay mujeres que sienten placer sólo apoyando el clítoris o la vulva sobre objetos duros o contrayendo los muslos de manera anormal y así sucesivamente.
Algunos estilos de masturbación arcaica pueden provocar inflamaciones, infecciones o deformaciones. Su principal daño físico consiste en modificar la vivencia sexual, haciendo que el alcanzar el orgasmo mediante el coito o mediante otra práctica sexual convencional sea imposible. Para superar este problema se necesita un trabajo de adaptación al nuevo estilo sexual, una rehabilitación que puede demorar años para que la vivencia sexual vuelva a corregirse según parámetros aceptables. A veces estos problemas no se superan completamente, limitando la verdadera apreciación del sexo.
Cualquier método artificial para alcanzar el placer, sobre todo si es aplicado durante años y remonta a la infancia, puede tener implicaciones físicas pesadas sobre una vida sexual normal. Pero fuera de las malas costumbres de masturbación, no se conocen otras implicaciones físicas negativas que puedan atribuirse al autoerotismo.
La mastrubación y la espiritualidad
Algunas corrientes culturales, espirituales o paramédicas sostienen que eyacular hace daño. No estamos hablando de la religión según la cual masturbarse es pecado, sino de doctrinas que contraindican la masturbación desde le punto de vista de la salud. Por ejemplo, una de las más famosas es el Tao del sexo. Según esta doctrina, el esperma es un fluido vital limitado que el hombre debe ahorrar si quiere mantenerse joven, vigoroso, y en plena salud hasta una edad avanzada. Un hombre que eyacula mucho vivirá menos y se enfermará más porque está derrochando su propio ching (esencia o semen). Según el Tao, un hombre de veinte años puede tener una eyaculación cada 4 días. Un hombre de cuarenta, pueden tener una cada diez. Un hombre de 50 años cada 20 días. Y a los sesenta, no debería eyacular más o, si es particularmente fuerte, podría hacerlo una vez al mes.
Muchos protestarán diciendo que lo más rico del sexo es precisamente eyacular. Pero los adeptos del Tao desarrollan técnicas que permiten la retroeyaculación, o sea, alcanzar el orgasmo sin eyacular, son técnicas parecidas a las que describimos en nuestro programa para desarrollar la habilidad de tener orgasmos múltiples masculinos.
Aquí no queremos criticar las implicaciones últimas del Tao, en definitiva es una doctrina esencialmente espiritual, no hay evidencias científicas del hecho que eyacular haga daño y que se tenga que limitar el progreso de la edad. Queda por lo tanto como asunto de interés cultural.
Entonces ¿Dónde está el verdadero daño?
Establecido que la masturbación no daña desde el punto de vista físico, hay que definir de qué manera podría eventualmente hacer daño y quedan por estudiar las otras implicaciones, ya que, según como se pratique, puede tener importantes impactos sobre la líbido. Ante todo puede constituir un paliativo psicológico limitante. Algunos especialistas sostienen que masturbarse hace daño no al cuerpo, sino a la mente, sobre todo cuando se adopta como medio de satisfacción sexual casi exclusivo, pudiendo confirmar tácitamente el sentido de ineficiencia en realizar una relación con una pareja real.
Estos mismos especialistas sostienen que, quien eleva la costumbre de masturbarse al rango de vicio, tiene menores posibilidades de encontrar una pareja en la vida real. Esto es particularmente evidente en el caso de los hombres, los cuales son más propensos que las mujeres a encontrar desahogo sexual a través de esta práctica. La mayoría de las mujeres no están interesadas en el sexo en sí, sólo están atraídas hacia el sexo en el ámbito de un contexto más grande. Por lo tanto, los daños de la masturbación relacionada a la pornografía y al sexo virtual involucran especialmente a los hombres.
Libido, sexo virtual y pornografía online
La gran difusión del sexo en la internet, en todas sus formas facilita enormemente este aburrimiento sexual y esta alienación mucho más que en el pasado, cuando se solía masturbarse frente a una página de Playboy, con fantasías eróticas, o delante de algún video tarde en la noche. Hoy en día es posible encontrar cualquier cosa gratuitamente, con pocos clicks y de manera totalmente anónima. Los usos y los abusos de la pornografía online dominan todas las dimensiones y se ha llegado a lo más extremo. Y no es sólo un problema de pornografía. Hoy el internet ofrece la posibilidad de tener intercambios de sexo virtual, cyber sex, encuentros chat online y webcam sexy. Hasta existen programas de realidad virtual que simulan relaciones sexuales a todos los efectos.
La costumbre de hallar satisfacción sexual a través del sexo virtal tiene pesadas consecuencias sobre la líbido, ya que se llega muy rápidamente a la saturación de los sentidos, haciéndonos cada día más insensibles a los llamados sexuales reales. Mirar pornografía de vez en cuando alimenta el deseo. Pero cuando esto se convierte en una costumbre, nuestras fantasías sexuales cesan de alimentarse a causa de sucedáneos artificiales. Una persona adicta a la pornografía, acostumbrada a ver de todo, cada día más exagerado y extremo, terminará inevitablemente no soprendiéndose con más nada. Hasta el punto en que un llamado sexual normal no tendrá más efecto. Entran en escena por tanto, los problemas de impotencia, de falta de líbido y de orgasmo precoz.
No hay que asombrarse del hecho de que estos problemas sexuales hayan aumentado en el curso de las últimas décadas, ya que hoy la gran mayoría de las prácticas autoeróticas ocurren en internet. El abuso de la red para compensar una falta cada día más grande de comunicación real, está generando una multitud de crápulas, incluyendo muy jóvenes y menores de edad. Pues no es sorprendente el llegar a los treinta años y sentirse un hombre acabado, que sexualmente ya no da para nada. Por otra parte ¿De qué manera puede responder un organismo adaptado a producir testosterona en respuesta a imágenes artificiales o videos de estrellas sexy en la web, frente al cuerpo de una esposa o de una novia real, especialmente cuándo no son tan bellas como las modelos de YouPorn o de otro sitio de videos?
Condenar el internet no es una solución porque ya nadie lo puede evitar. El problema está en el hecho que, para tener la vida que soñamos: ¡Tenemos que quererla! Hay que parar de considerar las mujeres guapas como inalcanzables. No hay nada peor que el hecho de considerar una mujer por su belleza y en función de nuestra atracción y no como un ser humano cualquiera. Una de las cosas más molestas para una mujer, especialmente si se trata de una mujer muy solicitada, es ser considerada fuera de su humanidad, como un ser de otro planeta, una persona que al final cesa de ser persona para convertirse en objeto, un ser sexual. Considerar a cualquier mujer de esta forma nos convierte automáticamente en perdedores, inseguros, parciales, interesados y sin atractivo. En unos muertos de sexo, enfin.
Si sentarse frente a la PC y masturbarse le es suficiente, ¡pues siéntase frente a la PC y mastúrbese! Pero si aspira a algo mejor, entonces tendrá que quererlo y trabajar en función de obtenerlo. Esto ímplica tomar conciencia del hecho que sus costumbres pueden distraerlo de su objetivo, por lo tanto, tendrá que aprender a dominarse, quizás utilizando la internet sólo como una distracción ocasional, pero siempre dando mayor importancia a su real objetivo.
Recuerde que la pornografía puede ser dañina cuando ella lo controla a usted y no cuando usted la controla a ella. Si es vedada a los menores de edad es precisamente a causa de los daños que comporta en términos de vicios y de dependencias. La diferencia entre adulto y menor es que el primero puede decidir por si solo y el menor legalmente no puede hacerlo. Pero la pornografía hace el mismo daño tanto a mayores como a menores. Claro, no estamos hablando de niños. Estamos hablando de individuos que empiezan a tener pelos donde no deberían tenerlos y se mueren de las ganas de ver una falda levantada, así mismo como usted tiene estas ganas. Lo único es que estos adolescentes se enviciarán y se aburirrán igual que usted y claramente no es tan agradable estar saturado sexualmente a los 13 años. Por esta razón es bueno que la pornografía se prohíba a los menores. A usted no se le puede prohibir porque es adulto. Pero también le hace daño, ¡recuerde!
¿La solución? Es una cuestión de elección. Le toca a usted decidir. ¿Es mejor vivir toda la vida a base de masturbación y sexo virtual, o es mejor ser un Don Juan viejo estilo, que acaba con mujeres reales y no teme hacerles el amor?
A. Langueduc
