¿No al sexo antes de la competencia?
¿La abstinencia sexual para un deportista es realmente necesaria? ¿Y se aplicaría sólo en el caso de los atletas de alto rendimiento o en todas las situaciones? ¿Cuál es el balance final de la relación entre sexo y actividad deportiva?
Conclusiones cientificas, impacto del sexo sobre el deporte
Es sabido desde los tiempos de Platón que un atleta debe limitar el sexo para poder dar el máximo en una competencia deportiva y hoy es sujeto a numerosos debates. A pesar de que la ciencia haya recientemente demostrado que no existen evidencias del hecho que la actividad sexual antes de una competencia tenga implicaciones negativas sobre la misma, la mayoría de los atletas prefieren abstenerse del sexo antes de un entrenamiento o de un evento deportivo y la mayoría de los entrenadores continuan aconsejando dicha abstinencia.
¿Se trata de un mito que podrá desmontarse sólo con el tiempo o hay algo cierto en estas prácticas de disciplina deportiva? En ambas posiciones hay elementos ciertos y falsos. El hecho de evitar el sexo para un deportista puede tener implicaciones sólo momentaneas pero no puede en absoluto tener efectos negativos a medio y a largo plazo. Veamos la cuestión con más detalles.
La relación entre actividad sexual y rendimiento físico es relativa y puede ser beneficiosa por ciertos aspectos y nociva por otros. Estamos hablando de aspectos tanto físicos como psicológicos.
Aspectos negativos y positivos del sexo en el deporte
Tener un orgasmo favorece la producción de endorfinas que son el resultado de la liberación de las tensiones del cuerpo y de la calma típica que tiene lugar después de una relación sexual. Esto es beneficioso para el estrés, pero contribuye en reducir la capacidad de fuerza y de resistsencia en el curso de las dos horas que siguen el acto sexual, para luego desaparecer completamente el día siguiente.
En compensación, la actividad sexual mejora la capacidad cardiovascular, favorece una mayor producción de testosterona en el hombre (algo sobre el cual la cual todos los endocrinólogos están de acuerdo), y reduce los dolores musculares en la mujer, según afirma Barry Komisaruk, profesor de psicología en la universidad Rutgers de Newark (New Jersey). Pues, el sexo no trabaja en detrimento del deporte, siempre que haya un buen descanso en el medio. Y hay más, ha sido demostrado que un hombre que no eyacula durante un periodo de dos meses (el periodo típico de abstinencia de un boxeador, por ejemplo), registra una baja en su producción de testosterona al punto de alcanzar los niveles de un niño. En cambio, la eyaculación y la excitación sexual favorecen esta producción, facilitando por lo tanto el desarrollo del los músculos y la agresividad. Entonces entre sexo y deporte es sólo cuestión de timing: es suficiente saber elegir los momentos justos para cada cosa y la combinación se revela perfecta.
Varios estudios han sido efectuados acerca del impacto del sexo sobre diferentes disciplinas deportivas que ponen en juego la fuerza aeróbica, anaeróbica, la resistencia y la resistencia a la fuerza y se ha revelado que ni los atletas que habían tenido relaciones sexuales, ni los que se habían abstenido de ellas, habían registrado ventajas significativas. Esto sugiere que el sexo no entra en línea de cuenta ni positivamente ni negativamente, aunque quede cierto el hecho de que la actividad sexual mejore la resistencia al dolor y favorezca la producción hormonal. Sin embargo, la diferencia no es tan marcada, ya que si el sexo hubiera favorecido el rendimiento, hubeises sido considerado como una especie de dopping y quizás se hubiese hasta prohibido.
Las ventajas generales del sexo
De lo que se ha dicho hasta ahora, el sexo no se puede considerar como un puro derroche de energía. Claramente es a evitar en el mismo día de un entrenamiento o de una competencia, especialmente antes. Pero entre un día y otro, no representa prácticamente ninguna desventaja energética.
He aquí a continuación una lista de efectos benéficos que derivan de una práctica sexual regular.
- Ante todo, el sexo ayuda a evitar el estrés y los pensamientos negativos. De hecho, el orgasmo libera oxitocina, una hormona que ayuda a anular temporalmente emociones negativas como miedo y ansiedad.
- Las endorfinas, única causa de la pérdida temporal de energía en las horas sucesivas a una actividad sexual, reducen los sentimientos depresivos, favoreciendo la euforia, el sentido de felicidad y el buen humor.
- La prolactina, hormona que se libera igualmente después del orgasmo, mejora el sentido del olfato, estimulando la producción de nuevas células en el bulbo olfactivo.
- Mejora la circulación sanguínea y enrobustece el corazón, ya que el sexo constituye una actividad deportiva completa. Tonifica además varios grupos musculares, especialmente espalda y glúteos.
- Aparte las endorfinas y la oxitocina, el sexo induce una mayor producción de estrógenos, reduciendo de manera general el sentido de dolor en las mujeres.
- Levanta el sistema inmunitario. Tan sólo una relación sexual semanal aumenta la respuestea inmunitaria de más de 30%.
- La oxitocina que se libera después del orgasmo favorece y mejora la calidad del sueño, especialmente en los hombres.
El balance
Entonces, si el sexo proporciona tantos beneficios también en el deporte, ¿por qué no se prohibe por las organizaciones deportivas antes de las cimpetencias importantes? Simplemente porque se trata de una actividad natural al alcance de todos, no de un truco incorrecto. Es como un culturista que antes de una competencia no come carne. Es una desventaja obvia, pero no se puede tomar en consideración porque se trata de una elección personal alimenticia que cada cual puede o no tener.
Pero ¿De dónde proviene este mito?
El mito no sex before sport, remonta a los antiguos griegos, cuando se creía que el semen era fuente de vida y de energía y se consideraba por lo tanto que con la eyaculación el hombre perdía toda su fuerza y energía vital.
Hay seguramente algo cierto en estas creencias, pero a esta epoca no existían los conocimientos científicos de hoy y no se podía saber que el derroche de energía debido a la eyaculación es sólo momentáneo, o sea que un hombre puede perder vigor durante las horas que siguen la actividad sexual pero esta energía será recuperada y potenciada el día siguiente a causa del hecho que al despertar tras el descanso los testículos producirán mayores cantidades de testosterona y con mayor eficiencia.
La ciencia ha concluído que diez horas después del sexo son plenamente suficientes para una recuperación total y una noche de descanso es, por lo tanto, aboslutamente lo ideal.
A. Langueduc